Me doy

Permiso

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Me doy permiso para ser cualquier versión de la mujer que quiero ser. No estoy atada a las expectativas de nadie ni a versiones pasadas de mí misma.

Categoría

Soy dee

Fecha

10/11/2024

Longitud

7 min de lectura

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Acepto el cambio, el crecimiento y el autodescubrimiento, sabiendo que cada capítulo de mi vida trae nuevas fortalezas, perspectivas y posibilidades.

Soy libre de reinventarme tantas veces como desee, honrando la sabiduría adquirida de cada experiencia. Soy digna de perseguir mis sueños, expresar mi verdad y encarnar la expresión más plena de quien estoy destinada a ser. La libertad de ser mujer es MI profundo viaje—una invitación constante y en evolución para redefinirme, reclamarme y redescubrirme una y otra vez.

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“Mi cuerpo, mis reglas, y me doy permiso completo para mantenerme sin disculpas en esa verdad."

Se trata de abrazar mi derecho inherente a explorar todas las posibilidades de quién puedo llegar a ser, vivir auténticamente sin disculpas y despojarme de las expectativas que durante mucho tiempo han intentado definirme. Es el coraje de decir, “Me doy permiso para ser cualquier mujer que quiera ser

”—y realmente creerlo.

Me doy permiso para seguir siendo la jefa de mi propio cuerpo, para tomar decisiones que honren mi salud, autonomía y bienestar. Mi cuerpo es solo mío, un recipiente de mis experiencias, fortalezas y sueños, y tengo el derecho de decidir lo que es mejor para él sin interferencias. Honro mis límites personales, mis necesidades únicas y mi derecho a elegir el camino que se alinea con mis valores. Confío en mí misma para escuchar la sabiduría de mi cuerpo, para defender su libertad y para protegerlo ferozmente de cualquier fuerza que busque controlar o limitar mis decisiones. Mi cuerpo, mis reglas, y me doy permiso completo para mantenerme sin disculpas en esa verdad.

En un mundo que a menudo ha intentado encerrarnos, la libertad de ser mujer radica en nuestra capacidad para romper esos límites, para expandir nuestros horizontes más allá de las limitaciones de los demás. Es el poder de elegir nuestros propios caminos, ya sea que nos lleven hacia carreras, familia, arte, aventura, soledad o una mezcla única de todo esto. Cada elección que hacemos, cada sueño que perseguimos, se convierte en un acto de desafío contra las restricciones que una vez nos retuvieron.

Esta libertad consiste en abrazar la fluidez de nuestras identidades. No estamos atadas a una sola versión de nosotras mismas. Podemos ser tanto fieras como gentiles, lógicas e intuitivas, ambiciosas y contentas, todo en un mismo aliento. Nos damos permiso para explorar cada faceta de nuestro ser: nuestra audacia, nuestra suavidad, nuestro intelecto, nuestra creatividad. Reconocemos que cada capa, cada nuevo capítulo, se suma al tapiz de quiénes somos y quiénes estamos destinadas a ser.

Ser una mujer libre significa abrazar la libertad de cambiar. No estamos obligadas a permanecer estáticas, a seguir atadas a los roles o identidades que una vez habitamos. Podemos dejar ir versiones pasadas de nosotras mismas, soltar lo que ya no nos sirve y avanzar hacia una nueva expresión de quiénes somos. Nos damos permiso para dejar atrás cualquier historia que nos hayan contado sobre lo que una mujer debe ser y, en cambio, escribir nuestras propias historias con intención y amor propio.

En la libertad de ser mujer, reclamamos nuestro poder sobre nuestra propia autoimagen. Podemos decidir qué belleza significa, cómo se ve la fuerza, cómo se siente el éxito. Poseemos nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestras almas, honrándolos por la resiliencia que tienen, por los viajes que nos han llevado a través. No nos medimos por los estándares de nadie más, sino que celebramos nuestra individualidad y la singularidad de nuestros caminos.

Quizás lo más liberador es la libertad de soñar sin límites. Soñar con convertirnos en cualquier mujer que deseemos, sabiendo que nuestros sueños son válidos, valiosos y dignos de perseguir. Ya no pedimos permiso al mundo para seguir nuestras pasiones, para decir nuestras verdades o para buscar la alegría y la realización en nuestras vidas. Nos convertimos en las mujeres que necesitamos, las mujeres que imaginamos, las mujeres que sabemos en lo más profundo que estamos destinadas a ser.

La libertad de ser mujer es un viaje de autoaceptación y autoexpresión, donde aprendemos a mantenernos firmes en nuestro valor y a creer que merecemos cada versión de felicidad y éxito que elijamos. Es la comprensión de que somos nuestras propias dueñas, que nuestras vidas son para moldear, celebrar y vivir plenamente. En esta libertad, encontramos el coraje para abrazar cada aspecto de nosotras mismas, cada aspiración, cada emoción y cada versión de la mujer que sentimos que estamos llamadas a ser.

Y al hacerlo, no solo nos liberamos a nosotras mismas, sino que allanamos el camino para que otras mujeres caminen sus propios senderos de libertad, de autodescubrimiento, de posibilidades infinitas. Creamos un mundo donde cada mujer tiene el permiso de ser exactamente quien elija—sin restricciones, sin disculpas y profundamente libre.

Me doy permiso:

  • para ser audaz, para ser valiente y para ser auténticamente yo misma.
  • para ser radiante, para ser alegre y para estar llena de luz y amor.
  • para ser curiosa, para ser aventurera y para buscar nuevas experiencias que me inspiren.
  • para ser suave, cariñosa y gentil conmigo misma mientras crezco y me transformo.
  • para ser poderosa, para mantenerme firme en mis fortalezas y para hacerme dueña de mi voz.
  • para ser creativa, para expresarme libremente y para compartir mis dones únicos con el mundo.
  • para ser vulnerable, para abrazar mis emociones y para dejar que mi verdadero yo sea visto.
  • para ser resiliente, para superar los desafíos y para confiar en mi propia fuerza.
  • para ser magnética y atraer todo lo que se alinea con mi yo más elevado y mis sueños.
  • para ser compasiva, amable y amorosa conmigo misma y con los demás.
  • para ser salvaje, indómita y seguir el llamado de los deseos de mi alma.
  • para ser tranquila, para estar en paz y para encontrar estabilidad en momentos de quietud.
  • para tener éxito, para ser ambiciosa y para perseguir mis metas sin miedo.
  • para ser sabia, para honrar mi intuición y para confiar en el camino que se despliega.
  • para ser juguetona, para abrazar la alegría y para traer un sentido de maravilla a mi vida.
  • para perdonar, para soltar el pasado y para sanar con gracia.
  • para ser agradecida, para celebrar cada momento y para encontrar belleza en todas las cosas.
  • para tener esperanza, para creer en las posibilidades y para soñar sin límites.
  • para ser auténtica, para decir mi verdad y para vivir plenamente alineada con mis valores.
  • para ser libre, para romper con las limitaciones y para crear mi propia historia.

Preguntas Frecuentes

Darte permiso es un acto de autoempoderamiento donde decides conscientemente dejar de lado las expectativas externas, la duda propia o las creencias limitantes que pueden estar frenándote. Significa reconocer tu derecho a perseguir tus propios sueños, tomar decisiones que se alineen con tus valores y vivir auténticamente. En lugar de esperar la aprobación de otros o sentirte atado por las normas sociales, te das la libertad de explorar, crecer y cambiar de maneras que se sientan verdaderas para ti.

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Darte permiso a ti mismo es esencial para el crecimiento personal, autoaceptación y realización. Cuando te permites explorar tus intereses, cometer errores y perseguir tus pasiones, estás honrando tu viaje único y creando espacio para la felicidad genuina. Este permiso personal ayuda a romper sentimientos de culpa, miedo o insuficiencia que pueden estar deteniéndote, empoderándote para tomar el control de tu vida y vivir con más confianza y autenticidad.

Comienza identificando cualquier área donde te sientas restringido o donde busques la validación de otros. Reemplaza esta necesidad de aprobación externa con afirmaciones de autoaceptación. Reserva tiempo para la autorreflexión para comprender mejor tus valores y objetivos, y recuérdate regularmente que tienes permitido cambiar, cometer errores y seguir tu propio camino. Practicar pequeños actos de auto-permiso diariamente, como tomarte tiempo para el cuidado personal o expresar tus opiniones, fortalece tu confianza para tomar decisiones más grandes y audaces con el tiempo.