¿Realmente no te importa envejecer, Dee?

Realmente respaldo todas las marcas que menciono en mis canales. A menudo, es por el producto en sí, la historia detrás, la misión de la marca, o porque es un contrapunto a otro producto similar que promociono—quizás más barato o más caro. Mi base de seguidores es grande y global. Hay algo para todos, o al menos ese es el objetivo. Pero, por supuesto, también están las personas que trabajan para la marca.

Curiosamente, los trabajos de marketing suelen ser ocupados por jóvenes, que prácticamente podrían ser mis hijos ahora, porque el marketing es una carrera tan moderna y llamativa. En mi opinión, esa es una de las razones por las que rara vez vemos a esas fabulosas señoras mayores en el centro de atención. La gente moderna del marketing no conecta del todo con los de 40/50 años—piensan en ese grupo demográfico como sus padres. Lo entiendo. Pero es inteligente mirar ocasionalmente hacia el futuro. Eventualmente (con suerte), todos cumplen 50.

De todos modos, creo contenido para que las marcas publiquen en mi feed de Instagram, y un video divertido merece un título llamativo, preferiblemente con un enlace y código promocional, porque necesitamos vender cosas. Y, sin falta, recibo comentarios sobre mis leyendas demasiado largas. “¿Quién lee eso?” pregunta la encantadora joven de marketing y comunicación de la marca. Bueno, siempre respondo, mi audiencia.

Mi audiencia todavía lee. Leen porque están acostumbrados y entienden que podría decirse algo interesante—o no. ¡Ja!