Imelda

Ahora que soy mayor, tengo tiempo para hacer cosas que realmente disfruto. Disfruto trabajar en el jardín y salir durante días a lugares encantadores. Lo menos divertido de envejecer es que mi cuerpo ya no puede hacer todo lo que quiero. A pesar de eso, tengo una vida maravillosa. No tengo ningún arrepentimiento, la vida sigue su curso, y yo hice lo mejor de ella. El riesgo más significativo que he tomado fue emigrar a los Países Bajos con 3 hijos. Al final, nunca me arrepentí de esa decisión. Hoy en día, estoy más orgullosa de mis hijos y nietos.

Intento mantenerme en movimiento físico tanto como sea posible y hacer todo por mí misma tanto como pueda. Espero poder seguir siendo independiente durante mucho tiempo. Además, tengo una actitud positiva hacia la vida. Para comenzar mi día positivamente, me encanta tomar una buena ducha para empezar el día fresca. Mi edad biológica es 81, pero me siento mentalmente más joven, y todavía quiero hacer mucho. Mi cuerpo no siempre lo permite.